La urbe abrio sus entrañas y como araña tejio sus hilos en mi cuerpo
puntadas de gas toxico se bebieron mis pulmones en las noches donde florecian dias
que -unos tras otros- como las marchas militares de charreteras y guaripolas del colegio se sucedian.
Sus calles se trenzaron en mis ductos, para entrometerse en mis delgados pasajes
acostumbrados solamente a la tierra del zapato y los ecos del crujir de la hierba bajo mis pasos.
El automobil y el aeroplano son el rumor apurado que corren por sus venas abiertas de hormigones,
que como carreteras ondulantes se internan en las minas del capital egoista
y en los yacimientos de obreros abusados y desechables que laboriosamente alimentan a la bestia.
Los bancos relamen los bolsillos humildes , las arcas del tirano se llenan de estafas y crimenes,
y en seguida el pastel es pequeño - no alcanza para todos dicen- y se quejan manchados de monedas vitalicias.
Mi altar se ha roto de tanto credito impagable, mi trabajo vale obedencia y silencio dicen,
sino, las balas pulidas de tanto milico ocioso de accion se sembraran en mi garganta reseca,
asi, sus calculadoras engordan con el drenaje de los jugos esenciales de mi alma que se resigna al grillete
y a los barrotes que los billetes impunes imponen entre tanto ollin que impregnan las paredes grises del orbe.
"Pay the Master"
dibujo a tinta sobre papel
dibujo a tinta sobre papel
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