soñe con la noche olorosa que era descolorada por una gran luz de neon
que disputaba su luminosidad con la luna y dejaba ver los espinazos de mis montañas.
Mis nativas montañas relucian sus volcanes prendidos y el nitido brillo de la flora antaña
daba a mis lagunas una vestidura pristina que relucian el nitido y delgado silencio del aire.
De pronto, un murmullo de maquina, un chillido de acero repartido en mil engranajes y pistones,
el eco ensordecedor de la tecnica roncando sus motores
-como un sismo interno que remece los intestinos-
que avasalla al valle virgen de motosierras y filosas hachas de las mentes necias.
Una bestia motorizada trae en sus metalicos brazos una urbe gigante
- la cuidad gris donde resido -
llena de congestiones y balazos, llena de tuberias y basureros.
Entonces, como una gran olla hirviendo la deja caer
quebrando, quemando troncos y cuanta vida se le cruce,
para tomarse con sus calles de asfalto - como gusanos al estiercol - todo rincon verde.
Despierto al alba, paralizado de asco en mi cuarto de techo descascarado
- en mi lecho frio de pilchas y periodicos viejos -
agitado en mi interior, con el corazon galopando la cabeza,
despierto lleno de sudor y eclipsado por esta maldita pesadilla .
"PESADILLA"
Dibujo a tinta sobre papel
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